Los maternos llamamientos de Maria en todo el mundo, dan la medida de un lenguaje Divino que manifiesta una estrecha unión entre el Amor de Madre y el Amor de Padre. En ellos está contenida la clave para entender el Poder del Creador, y Su imparable Voluntad Superior.
Es cierto al tiempo, que es necesario poner en práctica una virtud del Espíritu: DISCERNIMIENTO, ya que todo lo que se encuentra en el "monte" no es "orégano".